Y me veo y me bailo,

y me veo y me encanto,

El hombre de los cien tragos, 

Me atajo, me desciendo, me cubro y me expreso, 

Me inhibo, me inhibo, me odio y me inhibo, 

Me callo, me callo y soy silencio,

Soy silencio, soy silencio y soy yo, 

Soy y quiero ir para ser.

Vayamos donde las banderas se icen sin preguntar cuales son, donde lo importante no exista más que en una mueca de felicidad y alcohol, donde mi cuadrado se haga circulo cuando levite de mi animada, donde los peces hagan una cena del anzuelo y una fiesta de la carnada. Ir de puntas de pies hacia la delicada sinfonía de ojos expectantes de que algo suceda, aunque mejor no, exprimamos las pupilas y bebamos sus lágrimas de ron. Vayamos hacia dentro de los huesos y comámonos hasta el hartazgo, como un virus voraz y desvelado.